miércoles, 2 de septiembre de 2009

Por que yo tambien tengo mi corazonzito

Cada martes que acabo de subir mi última entrada termino con muchas ideas que me hubiese gustado incluir pero que por falta de espacio o de oportunidad no anexe, de igual forma sucede en el transcurso de la semana cuando recuerdo una anécdota graciosa o sucede algo que es digno de compartir con mis 4 lectores (por cierto un saludo, ya somos más populares que un meeting del peje y esto es menos trivial que sus asuntos) y se quedan guardadas para futuras ocasiones ya sea por que al momento de sentarme a escribir no parecen tan interesantes como para ser parte de “Pasando el rato” o simplemente porque se me olvido (para lo cual ya compre una libreta donde anotar mis ideas).

Pero en esta ocasión y porque “Yo también tengo mi corazoncito…” he decido platicar sobre ese tipo de cosas que muchos consideran sin valor, y todos por parecer menos superficiales aceptamos esta connotación.

Cada vez que alguien comenta un “objeto” y expresar cierto cariño por él me recuerda una historia de mi niñez, de niño cuando iba en preprimaria para tomar la fotografía anual nos pidieron que lleváramos nuestro juguete favorito, ya que no podía llevar la tele jaja , lleve un perro de peluche llamado Plush (Cuya historia es digna de una columna entera para el solo), y en esa ocasión los compañeros de primaria los cuales en la foto ya no podían llevar sus juguetes nos acusaron de niños mimados y superficiales.

En distintas etapas de nuestra vida todos tenemos un objeto que marcó nuestra vida al menos por un momento.

A los cinco años y hasta los 7 mi perro de peluche llamado Plush, A los 8 y hasta los 12 años el nintendo y sus derivados, así puedo seguir hasta el 2005 cuando el objeto que apreciaba mas en ese momento era de 1,5 toneladas azul fiji, 128 hp, automático, quemacocos y estéreo mp3 para 6 CD’S. Así es, en homenaje a y nuevamente por que yo también tengo mi corazoncito escribo esto ya que el día de ayer y por razones que algunas personas ya conocen tuve que despedirme de él.

Fueron 3 años 6 meses de freseo, paseo y aventuras en él, Grandes eventos como conciertos, ir al cine, ir a la playa, comprar Pasteles de chocolate y pan danés.

Al más puro estilo de Tim Taylor esta semana es para un saludo… A mi automóvil, espero que para el siguiente dueño signifique de igual modo algo más que solo un medio de transporte.

Quisiera concluir diciendo a aquellas personas que a pesar de mi aclaración de la superficialidad siguen creyendo que lo soy y piensan que mis columnas son “insípidas y tontas” a esos destacados intelectuales de izquierda, Saludos!!!!!!!!!!!!

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