miércoles, 24 de febrero de 2010

The leprechauns make me do it...

Los duendes me hicieron hacerlo

Los colores verde y blanco se ven en todos lados, desde que bajas del avión muy pocas cosas no están adornadas con estos colores, en el bar del aeropuerto solo había dos opciones, Guinness y Coca Cola, me fui por la obvia una Guinness.
Así empezó mi fin de semana en la tierra de los duendes, no podía olvidar las razones principales del viaje, ir a la fábrica de Guinness, ver la catedral de St. Patrick y encontrar un Duende para quitarle la hoya de oro, no me podía pasar lo que ya me había pasado en Bélgica donde iba a encontrar un stroumph (Pitufo) y fueron más hábiles que yo.

Con la mochila al hombro, la cámara en el cinturón, el mapa en la bolsa derecha y el ipod en la izquierda empecé a caminar por la ciudad, después de un rato de paseo libre vi a lo lejos un letrero “Guinness Storehouse” sin querer llegue a mi primera parada. En esta fábrica adecuada ahora como museo el fundador de la cerveza Arthur Guinness comenzó la empresa denominada St. James's Gate Brewery, Dublín, Irlanda el 31 de Diciembre de 1759 Ese año firmó un contrato de arrendamiento de una cervecería por 9000 años a £45 por año. El año pasado La marca cumplió 250 años por lo que le queda contrato para un rato.

Durante el paseo te enseñan el proceso de elaboración y como fueron los orígenes de la empresa, justo a la mitad del paseo haces una pequeña escala en “Testing Lab” donde te dejan probar la cerveza recién salida del proceso, ya para entonces sabe particularmente rica pero falta por supuesto ponerla a la temperatura idónea.

Al final de la visita tu boleto incluye una cerveza gratis en el “Gravity Bar”, el cual es un bar dentro de la fábrica ubicado en el punto más alto del edificio con paredes de cristal donde puedes ver en vista panorámica toda la ciudad de Dublín.

Ese día camine por la ciudad tratando de pretender ser uno más en un día normal.
En el centro de la ciudad hay una zona conocida como “The Temple Bar” donde se encuentra toda la vida nocturna de la ciudad, no pude evitar entrar a un Pub a ver los partidos de Rugby, si bien no se mucho de este deporte sabía que cuando un equipo anotaba y en el bar abucheaban yo tenía que hacer lo mismo y cuando celebraban yo celebraba con ellos. Para hacer amigos hay dos factores que lo hacen todo más fácil, que el equipo gane y tener más de tres cervezas en el cuerpo. Así que todo siguió de acuerdo al plan.

En Irlanda sobran cosas que ver, La calle O’connell la calle principal de la ciudad, La catedral de St. Patricio, el rio, las tiendas y todos los bares a lo largo del temple bar donde si bien existe variedad de cerveza yo no iba a ser quien llevara la contraria y pidiera una Heineken.

Y bueno, Dublín es de las ciudades a las cuales regresare en unos años.
De la hoya de oro no hubo mucho pero si encontré el duende, su sombrero y riqueza en forma de sabiduría con una frase que vi en las camisas de recuerdo.

“Si tomo cerveza es solo para hacerte más interesante”, Jajajajajajajaj

Gracias nos vemos el siguiente martes,

PD: No escribí hasta ahora por que como dicen los de la tele, yo también tengo mi vida…

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