martes, 2 de marzo de 2010

Viajando un rato...

Me considero un viajero singular, ya que cuando lo hago salgo de la rutina en la que me veo envuelto, viajar por el motivo que sea siempre es, si no divertido, por lo menos si interesante.

En alguna ocasión ojeando una revista mientras esperaba que el avión despegara leí “Lo más divertido de viajar no es siempre a dónde vas, sino el tipo de persona que eres cuando viajas”.

Cuando viajo casi sin querer termino cometiendo algunos “pecados” por llamarlos de alguna forma, el primero de ellos es la gula, me gusta probar el helado de la esquina, cuando visite roma perdí casi dos horas del día buscando la heladería donde Juan Pablo II compraba su helado favorito. Me gusta probar la cerveza típica del lugar, buscar algo ligero en la comida y probar la comida típica del lugar para la cena.

Un poco de pereza me invade también, muchísimas veces he intentado despertarme antes de las 8 con el argumento optimista, “así puedo conocer más”, pero casi de manera mecánica apago el despertador y dormir por lo menos hasta después de las 8.

La mayoría de las veces camino por las ciudades sin tener concretamente un destino, ni saber que voy a conocer primero o después y es que siempre que camino con un objetivo determinado algo interesante se me atraviesa y termino olvidando el objetivo principal.

Me he confesado comprador compulsivo ya en varias ocasiones pero en los viajes esta condición incrementa terriblemente quisiera comprarme de todo, un recuerdo un llavero, una camisa, ropa no pienso en los precios y trato de no convertir todo a pesos. Lo único que ha podido evitar que quede en banca rota comprando cosas es que no todo cabe en la maleta, y con más de una maleta ya me cobran extra en el avión, es raro… puedo pagar 20 euros por un llavero que me gusto pero ni a golpes pagaría 5 euros de sobrepeso de equipaje.

Olvido las reglas de las grandes ciudades, hablo con extraños, camino por calles oscuras y desconocidas, pruebo las bebidas raras y regreso tarde al hotel.

Cometo un error con tanta frecuencia que ya me genera gracia, por la tarde cuando comienzo a tener un poco de sed entro a un bar a tomarme un trago, y sigo caminando por la ciudad pero una hora después el trago busca su camino de regreso al exterior, por lo que entro a otro bar paso al baño y compro otra cerveza, y así salgo nuevamente a caminar hasta que tengo que buscar otro baño y así sucesivamente jeje.

¿Soberbia?, no, bueno solo él estar completamente seguro de que vaya a donde vaya hablando inglés y con una habilidad media para las señas podre por lo menos no morir de hambre, es increíble que él único lugar donde el idioma haya sido realmente una barrera ha sido en Barcelona al parecer creen que el Catalán será el idioma del futuro.

Cuando viajamos cometemos errores o pecados, yo los cometo igual o quizá con más frecuencia que la mayoría, si bien es cierto que en algunos lugares me han faltado cosas por ver también es cierto que he hecho o visitado cosas que de ninguna forma entraba en el plan del viaje.

Gracias, nos vemos el siguiente martes…

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