miércoles, 14 de julio de 2010

Próblema de ácentos

Desde casi siempre yo he tenido un problema de personalidad o por lo menos de timbre o tono de voz incluso a veces pareciera que no tengo uno propio y soy como un espejo que roba acentos ajenos, por las mañanas hablo como costeño por las tardes como argentino y le meto variantes yucatecas o españolas según el transcurso del día, esto no lo hago ni por sangronada ni nada simplemente lo hago, pero ningún acento se me pega más rápido fácil y natural que el acento regio.

Yo creo que el acento regio es el acento que más fácil se le puede pegar a alguien incluso recuerdo que después de mis viajes a Mexicali del año antepasado un día llegue a comer una hamburguesa con mi buen amigo Germán y acabamos los dos hablando “Bueno vato, ya me voy por mi morra nos tiramos un cable y quedamos pa dar el rol” hasta el se contagio de la forma en la que yo venía hablando.
La historia de este martes comenzó la semana pasada cuando estaba en una conferencia telefónica con mi jefe y otros gerentes (regios todos), en alguna parte de la conversación tuve que hablar ininterrumpidamente 5 minutos y sin querer empecé a hablar como regio, cuando por fin colgamos el teléfono se acerco el gerente de ventas y me dijo, “Carlos, no puedes hacerle burla a Ricardo por su acento”, “pero yo no le hice burla al vato!!!”, conteste, bueno entonces ya puedes dejar de hablar como Regio.

Después de este pequeño incidente me avisaron que lo más conveniente era que fuese a Monterrey, justamente después de que paso el Huracán, solo que fuera a ayudar, pensé. Pero no era con la idea de que como estaban reanudando el proceso productivo seria más provechoso que fuera a ver todo el arranque.

El avión de ida salió sin problema, un retraso ligero de 10 minutos que apenas se sintió, nadie se sentó a mi lado en el avión por lo que pude dormir agusto, ¡vaya! ni para el desayuno que servían me desperté, el problema fue llegando allá, tome un taxi y me preguntaron, ¿A dónde va?, A santa Catarina zona 5, Pues a ver joven porque ahorita no hay paso entonces lo que hacemos es lo llevamos hasta donde lleguemos ¿verdad?, Afortunadamente 2 horas de tráfico (para no extrañar al D.F.) llegamos a mi destino que si tuvo acceso, después de mis 10 horas de trabajo, ya era hora de irme al hotel, le pregunte al chofer donde quedaba y me dijo, pues mira esta a cinco minutos pero esta calle que dice aquí desapareció, se la llevo el huracán, zasssssss. Me pidieron un taxi y comenzamos el recorrido de 1 hora y media para un recorrido que todos decían estaba a 5 minutos, en realidad el hotel estaba a dos km de la planta pero ese día llovió y como los ríos estaban aun llenos cualquier lágrima en el rio y se desbordaba todo.

Cuando llevaba una hora parado en una calle en la cual habíamos avanzado poco mas de 20 metros se me ocurrió mirar hacia en frente y a poco mas de 200 metros estaba mi hotel esperándome, durante poco más de 2 minutos tuve mi dialogo interno entre bajarme y dejar al taxista solo o quedarme con el, después de todo yo lo había metido a esa calle. Finalmente opte por la salida del cobarde me arme de valor y le dije oye yo creo que me bajo y camino, el con cara de enojado dijo, no me puedes dejar aquí, ¡ahora te quedas conmigo!, le pague con un billete de 50 pesos agarre mis cosas y me baje del vehículo, el taxista se bajo de la unidad y empezó a perseguirme apresure el paso y me tuve que meter en un charco donde el agua me llegaba a las rodillas, a los 4 carros de distancia él se detuvo y tuvo que regresar.

Al día siguiente por la mañana mi jefe me pregunto que como me había ido para llegar al hotel, le conté mi pequeña historia con el taxista por lo que después de mis siguientes 10 horas de trabajo el se ofreció a llevarme al hotel. Cuando estábamos en la calle de enfrente y el tráfico se había vuelto a formar el volteo a verme y dijo “Ni creas que a mí me la vas a hacer como al taxista, ¡aquí si te quedas!” Y fue entonces cuando tuve mi media hora de plática empresarial. Ajajjajajaja

Moraleja, Uno siempre tiene que saber con quién hace qué, no podemos ir por la vida robando acentos que no son nuestros, es bueno siempre viajar ligero para que los taxistas no te alcancen y como todo en la vida o por lo menos en “pasando el rato” a tomarlo con alegría.

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