martes, 22 de febrero de 2011

Examen Médico

En la vida hay ciertas pistas que te van diciendo que ya no eres el que eras, o quizás lo eres pero un poco más viejo, una de las primeras veces que me percate de esto fue la primera vez que fui a un vips sin mis papás, esto hace poco más de 8 años, cuando acostumbrado a las hamburguesas y otras comidas de ese género me incline por un plato de carne en salsa verde, no podía entender el porqué de mi decisión cuando en otro momento una hamburguesa hubiese sido la decisión más obvia, pasando unas cuantas horas decidí aceptar que quizás mis gustos empezaban a cambiar.

Otra señal un poco menos sutil me llego el día de hoy, estaba llenando el cuestionario médico que me dieron en los laboratorios donde asistí a hacerme un estudio y observe las preguntas que en todo estudio hacen. Hace algunos años sí tenía algún dolor menor la respuesta era obvia, “¿Sufre usted algún padecimiento?” ¡Claro que no!, y así sucesivamente como complaciendo un afán de reafirmar la juventud. El día de hoy las respuestas a las preguntas fueron diferentes porque mi razonamiento fue otro, es decir, cuando el doctor me preguntó cómo me sentía tuve la curiosa necesidad de decirle todos los síntomas por menores que estos fueran total, “Si tengo algo, es mejor que él me lo diga” Así que empecé a decirle todo lo que tengo, en las noches en ocasiones tengo un zumbido de oído, me duele la rodilla cuando hace frio o camino por largo tiempo, en ocasiones tengo dolor de espalda etc.
La historia en realidad comenzó un día antes cuando nos avisaron que el examen médico seria al día siguiente, a muchos de nosotros no nos afectó tanto, pero otros estaban bastante preocupados por lo que el examen reflejaría después del fin de semana, platicando sobre cómo sería el examen médico una compañera empezó a decir que era importante que la muestra de orina fuera con la primera orina del día, pues ni que fuera prueba de embarazo pensé, pero quizá ella tenga más experiencia en estas cosas. Hoy por la mañana hice mi rutina normal, me desperté fui al baño y me bañe, no fue hasta que estaba saliendo de la casa cuando me percate que ya no tendría ganas de ir al baño cuando me pidieran mis muestras, así que hice lo primero que se me ocurrió, tome una botella de agua para ir tomándomela en el camino, esto fue una gran idea hasta que a mitad de camino con todos los caminos llenos comenzaron las ganas, pues ni modo, a aguantar como los hombres.

Llegando al laboratorio me encontré unos amigos quienes habían tenido el mismo problema pero ellos no tomaron agua, ya que decían que no debíamos tomar ningún liquido así que mis muestras quizá no serían buenas, total el problema no lo iba poder resolver en ese momento así que me apegue al plan y aguante hasta que 30 minutos después me toco mi turno, primero sacar la sangre y luego unas preguntas del historial médico mientras yo contestaba raídamente para que me dieran mi vasito y la llave del baño. Una vez en el baño seguí las instrucciones al pie de la letra, tal como dijo la enfermera, el primer chorrito en el escusado retiene y en el vasito… Ok, llenar un vasito de 15 cl no fue problema después de haber tomado 1.5 litros de agua, el problema fue no haber considerado la cantidad de agua ingerida, pero nada que no se pudiera improvisar en el momento.

La verdad todo siguió casi como todos mis otros estudios, el Dr. me dijo que salvo que mi sangre y orina dijeran otra cosa, me encontraba con buena salud y lo de siempre, “Tienes que bajar de peso” yo creo que si siguen diciendo eso tendré que empezar a amenazar a la gente.

Nos vemos el siguiente martes, saludos!

miércoles, 16 de febrero de 2011

Sin instrucciones, asi no...

El problema es que no trae instrucciones, ¿Creen poder armarlo así?, eso fue lo que nos preguntó un señor el día que fuimos a su casa a armar su cajonera. Si trajera instrucciones ya lo hubiera armado yo, pero sin instrucciones es bastante complicado, seguía diciendo.

Así es, siguiendo con mi tour de visitas a casa la semana pasada me toco salir de la oficina para ir a una ruta de armado, es decir siempre que compran un mueble, una cuna, un aparato de ejercicio o cualquier cosa que requiera de armado nos toca a nosotros ir a instalarlo. Por supuesto hay cosas muy complejas como muebles turcos cuyas piezas vienen completamente desarmadas y entre dos personas el tiempo de armado es de caso media hora, hay cosas menos complejas pero que por el peso de las piezas requieren de ayuda, de por lo menos dos personas para ensamblarse.

El día empezó cuando abordamos el chevy que nos llevaría a dar la vuelta por la ciudad, con una maleta de herramientas cada quien llegamos a nuestra primera parada donde armaríamos un sillón, por supuesto únicamente era ponerle las patas al sillón, cosa muy sencilla pero cargar el sillón si era tarea complicada.

En fin el tour siguió avanzando nos tocaba armar de todo en todas partes, la ruta llegaba hasta la caseta de Tepotzotlán pasando por satélite, Echegaray y Cuautitlán para regresar al final a Interlomas. Lo pesado como siempre es conducir en esta ciudad, el tráfico, las prisas y la gente que siempre parece que tiene una urgencia de vida o muerte para llegar a su destino no importándole a quien tiene que llevarse entre las patas.

Llegamos a una casa donde nos abrió la puerta un señor bastante agradable, la casa era muy bonita y tenía muebles y artículos bastante caros, el señor nos indicó cual era el mueble y nos pusimos a trabajar, era una sillón reclinable con control remoto, que daba masajes y se ajustaba a la temperatura del cuerpo, vaya un sillón bastante cómodo y moderno, mientras lo armábamos el señor nos dijo que debía salir un momento pero que se quedaba la señora del servicio con nosotros, uno de mis compañeros empezó a platicar con ella como queriendo ligar con ella. Todo parecía ir bien entre ellos dos y nosotros casi terminábamos de armar el sillón cuando como dato curioso se me ocurrió comentarles que ese sillón costaba casi setenta mil pesos, mis compañeros tuvieron una reacción normal diciendo únicamente “No pues si esta caro”, pero la señora del aseo se levantó enojadísima mientras decía “Setenta mil pesos en un sillón y a mí no me pueden subir el sueldo, y tengo que cuidar a sus engendros, y todavía hacerle de comer para que el señor no se canse y pueda descansar en su sillón de millones… bla bla bla”

En la ruta nos tocó armar de todo, y como siempre personas muy agradable y personas prepotentes que toman muy en serio su papel de clientes, finalmente llegamos a la casa de un señor, bastante grosero, nos recibió con la ya conocida frase “Llevo todo el día esperándolos”, seguido de su “Ya intente armarlo pero no pude, no trae instrucciones, ¿Cómo es posible que vendan muebles sin instrucciones?” sin meternos en la problemática del señor preguntamos cual era el mueble que debíamos armar, “Ahí está en la sala, a ver si lo pueden armar” Cuando llegamos a la sala y los compañeros con los que iba hicieron una cara de enojo acompañada de un “pffff” se voltearon y me dijeron “ vas Carlos tu que eres el nuevo te toca armarla” Pues, Ya que… desempaque el buró de las dos cajas donde venía empacado, en una caja el buró y en la otra el cajón, efectivamente no venían instrucciones así que simplemente metí el cajón dentro del buró, lo acomode pegado a la pared y mi compañero dijo, “Listo señor su mueble esta armado” y nos fuimos 3 minutos después de haber llegado.
Y así fue mi experiencia en ruta, la verdad es que armar los muebles es un buen servicio que ofrece la empresa, pero por favor si tienen sillas cuyo único paso es desplegarlas, o un buró donde solo tienen que meter el cajón por favor de menos inténtenlo.

Nos vemos el siguiente martes, saludos.

martes, 8 de febrero de 2011

Casas, cosas, quesos

Como todo niño descuidado cuando llegaba de la escuela me ponía a jugar futbol, a ver la tele, a acostarme en el piso, ¡vaya! A hacer todo lo que pudiese manchar mi uniforme de la escuela sin pensar en que sería el mismo que usaría al día siguiente, por supuesto esto duraba hasta que llegaba mi Mamá y anteponiendo muchos adjetivos calificativos a mi nombre me pedía de la manera más atenta cambiarme de ropa para no ensuciar el uniforme ya que en palabras de ella “No van a decir, el niño es el sucio, van a decir que la mamá es la que no le lava el uniforme”

Por su puesto esta conducta se extrapolaba a casi todo lo visible, mantener limpio el carro, limpiar nuestro cuarto, tener la ropa planchada y por supuesto tener la casa limpia. La semana pasada dentro de mi nuevas funciones laborales tuve la oportunidad de salir a ruta, esto quiere decir que fui a la casa de los clientes a entregar lavadoras, refrigeradores, centros de lavado, en fin casi todo lo que una tienda departamental puede vender.

La primera lección vino en forma de consejo por parte de mis compañeros de ruta, “Cuidado con los líquidos” a esto regresare más adelante, En el camino descubrí es que soy muy chismoso, me gusta ver las casas, ver cómo están acomodadas y por supuesto ver qué cosas me gustan como para después utilizarlas cuando tenga mi casa. Conocí de todo tipo de casas, desde casas enormes de gente con muchísimo dinero hasta casas muy humildes donde deben compartir recamara 4 personas y la mascota es un conejo.

Para la quinta casa alrededor de las once de la mañana hice la pregunta obvia, “¿Y si queremos ir al baño?”, mis compañeros de ruta se miraron y se detuvieron en la primera tienda que vieron, ahí compraron 3 cocas (una para cada uno), agradecí el detalle pero ya que eso no me iba a ayudar volví a formular mi pregunta. “¿Dónde podemos pasar al baño?”, la respuesta fue diferente esta vez “Pues cuando te acabes el refresco, puedes utilizar la botella”… pero regresare a esto más adelante.
Como a las tres de la tarde y haciendo un esfuerzo sobrehumano por no pensar en líquidos, entre a la casa más fea que he visto en mi vida, no era pobre ni evidentemente en mal estado, la casa era fea. La ropa tirada en la sala, bolsas de pañales llenas de polvo en la cocina, cajas de zapatos o de cualquier cosa tiradas en toda la casa, la misión era subir un centro de lavado al segundo piso para lo cual teníamos que pasar por la sala, las escaleras, una sala de televisión, el cuarto principal y la habitación de una niña increíblemente mal diseñada la casa. Las puertas eran increíblemente pequeñas y el centro de lavado no cabía en las puertas así que a petición del cliente tuvimos que quitar puertas mientras él con mala cara nos reclamaba porque nos estábamos tardando demasiado, su hermana nos tomaba fotos con su celular cuando no nos dábamos cuenta y cuando voltee a verla en una foto hizo como que no pasaba nada y se portó increíblemente grosera, total que dos horas después y tras tirar 3 puertas el centro de lavado estaba en su lugar, el señor de malas y nosotros sin propina. Ahora entiendo el porqué de mantener una buena imagen, y después de estar en esa casa creo que la madre, la hermana, la hija, el perro y hasta el vecino son una bola de cochinos.

¿Y el baño?, bueno… no caí en la necesidad de utilizar la botella de agua, pero, lamento el pobre arbolito que se atravesó en mi camino.

Nos vemos el siguiente martes, saludos.

martes, 1 de febrero de 2011

Pinche Carlos

Mira Carlos lo primero que tienes que hacer es tomar este tambo de 20 litros y echarle agua, ya que lo tienes listo agrégale 12 kilos de azúcar, no 11.500 no 12.500, 12 kilos de azúcar y le meneas con la cuchara grande. Una vez que termines le sacas una cubeta de agua dulce y le hechas la cubeta de Jamaica. La Jamaica la vas a echar en este colador de 30 centímetros y después vas por el chino, ¿Él va a hacer el agua?, No, el chino es un aparatito blanco para que exprimas la Jamaica. Es lo mismo que hacer agua para tu familia pero aquí lo haces para doscientas personas, ¿está claro?

Así fue mi día en el comedor de la empresa, todo comenzó cuando nos asignaron nuestras actividades del 25 de enero al 4 de febrero y notamos que no había nada programado para el 31 así que fuimos a preguntar que nos tocaba ese día y nos asignaron áreas completamente irrelevantes, mantenimiento, almacén de refacciones, etiquetado y en mi caso comedor.

Lo primero que hice fue pelar papas, tres kilos de papas todos pelados, la mitad había que cortar la papa en ocho cuadritos y la otra mitad en doce ya que por supuesto la papa del consomé no era del mismo tamaño que de la sopa de papa, bueno seguimos con los tres kilos de zanahoria picada, por supuesto aprendí que picada para ella, y picada para mía tenían como 1 centímetro de diferencia y así aprendí mi primer insulto en el mundo gastronómico, ¡Esa zanahoria parece de ensalada no de consomé!, todas las compañeras se rieron del chiste de la jefa mientras yo sonreía con un cuchillo en la mano tratando de no usarlo.

Después vino la parte más divertida, empezaron las comidas y empezó a llegar la gente, ¡Carlos!, te toca servir, ¿estás listo?, pues listo, listo, así lo que se dice listo, pues no… pero pues, ¿qué es lo peor que puede pasar?, primero hay que servir el guisado, después arroz con o sin frijoles y por último la sopa, ¿perfecto?, ¡perfecto!

El primero al que le serví era a un amigo mío así que aparte de risas y comentarios graciosos no hubo nada que lamentar, ¿Me puedes servir frijolitos en el guisado?, ¡ Claro!, ¿Me regalas otro pedazo de carne?, ¡Seguro!, total en unos minutos me convertí en la persona más popular del centro de distribución todos llegaban y me saludaban, Decían, ¡ya era justo que nos sirvieran más!, la voz se corrió de una forma increíblemente ridícula y en una hora apareció el doble de gente de la que normalmente se presenta y todos estaban muy contentos conmigo, incluso la jefa les decía a las compañeras, ¡ya déjenlo que sirva lo que quiera, total solo es hoy!

Todos mis amigos contentos, la jefa feliz porque decía que era el primer “visitante” que no se había quejado de nada, al final me refugie con mi chamarra en la cámara frigorífica a comer todo el flan que había sobrado, que buena recompensa.

Un día después todo volvió a la normalidad, y hoy que estaba en la fila de la comida todos los comensales le decían a la Señora Luisa, “Sírvanos como Carlos”, “Donde esta Carlos”, “Cuando le va a tocar otra vez”

Así que una vez más afirmamos que sí, el amor nace del estómago.
Saludos.