martes, 1 de febrero de 2011

Pinche Carlos

Mira Carlos lo primero que tienes que hacer es tomar este tambo de 20 litros y echarle agua, ya que lo tienes listo agrégale 12 kilos de azúcar, no 11.500 no 12.500, 12 kilos de azúcar y le meneas con la cuchara grande. Una vez que termines le sacas una cubeta de agua dulce y le hechas la cubeta de Jamaica. La Jamaica la vas a echar en este colador de 30 centímetros y después vas por el chino, ¿Él va a hacer el agua?, No, el chino es un aparatito blanco para que exprimas la Jamaica. Es lo mismo que hacer agua para tu familia pero aquí lo haces para doscientas personas, ¿está claro?

Así fue mi día en el comedor de la empresa, todo comenzó cuando nos asignaron nuestras actividades del 25 de enero al 4 de febrero y notamos que no había nada programado para el 31 así que fuimos a preguntar que nos tocaba ese día y nos asignaron áreas completamente irrelevantes, mantenimiento, almacén de refacciones, etiquetado y en mi caso comedor.

Lo primero que hice fue pelar papas, tres kilos de papas todos pelados, la mitad había que cortar la papa en ocho cuadritos y la otra mitad en doce ya que por supuesto la papa del consomé no era del mismo tamaño que de la sopa de papa, bueno seguimos con los tres kilos de zanahoria picada, por supuesto aprendí que picada para ella, y picada para mía tenían como 1 centímetro de diferencia y así aprendí mi primer insulto en el mundo gastronómico, ¡Esa zanahoria parece de ensalada no de consomé!, todas las compañeras se rieron del chiste de la jefa mientras yo sonreía con un cuchillo en la mano tratando de no usarlo.

Después vino la parte más divertida, empezaron las comidas y empezó a llegar la gente, ¡Carlos!, te toca servir, ¿estás listo?, pues listo, listo, así lo que se dice listo, pues no… pero pues, ¿qué es lo peor que puede pasar?, primero hay que servir el guisado, después arroz con o sin frijoles y por último la sopa, ¿perfecto?, ¡perfecto!

El primero al que le serví era a un amigo mío así que aparte de risas y comentarios graciosos no hubo nada que lamentar, ¿Me puedes servir frijolitos en el guisado?, ¡ Claro!, ¿Me regalas otro pedazo de carne?, ¡Seguro!, total en unos minutos me convertí en la persona más popular del centro de distribución todos llegaban y me saludaban, Decían, ¡ya era justo que nos sirvieran más!, la voz se corrió de una forma increíblemente ridícula y en una hora apareció el doble de gente de la que normalmente se presenta y todos estaban muy contentos conmigo, incluso la jefa les decía a las compañeras, ¡ya déjenlo que sirva lo que quiera, total solo es hoy!

Todos mis amigos contentos, la jefa feliz porque decía que era el primer “visitante” que no se había quejado de nada, al final me refugie con mi chamarra en la cámara frigorífica a comer todo el flan que había sobrado, que buena recompensa.

Un día después todo volvió a la normalidad, y hoy que estaba en la fila de la comida todos los comensales le decían a la Señora Luisa, “Sírvanos como Carlos”, “Donde esta Carlos”, “Cuando le va a tocar otra vez”

Así que una vez más afirmamos que sí, el amor nace del estómago.
Saludos.

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