martes, 8 de marzo de 2011

No dormir en el trabajo.

La semana pasada hable de una anécdota no terrorífica pero si un tanto escabrosa, esa anécdota regreso a mi mente y por ende a mis apuntes de todos los martes ya que en la bodega donde estamos actualmente, como en todas, las historias de la muerte están a la vuelta de la esquina
.
Esta bodega en particular es bastante vieja debe tener 40 años de haber sido inaugurada y por ella han pasado muchísimas personas y ha sido testigos de varias muertas al menos 3 que me confirmaron. Esta bodega que en algún momento fue la piedra angular de la logística de la empresa donde trabajo hoy se encuentra a 20% de su ocupación y tiene cuatro niveles los cuales se ocupan actualmente para guardar los artículos navideños, terminales de venta y casi cualquier cosa que en otro lado simplemente estorbaría, es por eso que en esos pisos no hay casi gente trabajando y el ambiente es “pesado” por llamarlo de alguna forma.

Hace un par de viernes, mis compañeros y yo tuvimos que quedarnos a trabajar hasta las nueve de la noche, ya a esas horas no podíamos hacer mucho llegando a nuestras casas más que tal vez dormir, en fin, como ninguno de nosotros tenía en realidad prisa decidimos ir a visitar esos pisos de los cuales nos habían platicado y ninguno había visto, las escaleras chillaban, la única ventana de cada piso era oscura, y con solo una lámpara por cada piso hacia los pasillos completamente oscuros, escuchamos ruidos, los normales de un edificio de esa antigüedad, y aceptando que tuvimos un poco de miedo los cinco nos retiramos y nos fuimos cada quien a su casa.
Al día siguiente contando nuestra aventura a los operadores nos dijeron que en el tercer piso un operador había perdido la vida, por supuesto, todos escuchamos atentos la historia, al parecer un compañero se había ido de fiesta una noche antes y había llegado a trabajar a las seis de la mañana con aliento alcohólico y claros síntomas de que aún seguía en estado impertinente, los compañeros tratando de solaparlo un poco lo enviaron a la zona de colchones para que pudiera descansar un poco, en un tercer piso, en estantes de almacenaje y acostado en un colchón en un cajón a 6 metros de altura ¿Quién podría encontrarlo?. El plan iba a la perfección nadie lo había visto y nadie se había percatado de su ausencia, nadie, tanto que a los mismos compañeros se les había olvidado que su compañero estaba ahí arriba durmiendo, después de la comida alguno de ellos recordó su compañero y decidió que era momento de ir a despertarlo, al llegar al piso donde él se encontraba vio una mancha de sangre en el piso junto a un cuerpo ya sin movimiento, dicen que al parecer aún bajo los efectos del alcohol, olvido donde se encontraba y mientras dormía giro su cuerpo hacia afuera del rack y cayo seis metros directamente al suelo, no saben si la muerte fue instantánea pero cuando lo vieron ya estaba el cuerpo inerte.

Desde entonces cuenta la leyenda que al caminar por esos pasillos se puede ver como alguien en ese mismos rack, jala el plástico de un colchón casi como si estuviera colgado de él y tratando de no caerse.

Nosotros no vimos el plástico moverse ni nada parecido, pero todos en la bodega confirmaban la muerte y todos los trabajadores de ese piso confirman haber escuchado el plástico de un colchon moverse y una silueta moverse en las noches.
No podría decir mucho acerca de esta historia simplemente que por obvias razones no volvimos a subir a ese piso después de las seis de la tarde y que si necesitábamos un buen ejemplo de por qué no dormir en el trabajo, vaya, creo que lo hemos encontrado.

Nos vemos el siguiente martes, saludos.

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