miércoles, 20 de abril de 2011

Bizcocho

¿Qué vamos a comer hoy Doña Jose?, hoy tenemos tortitas de bacalao… uuuuy doña Jose y ¿otra opción?, también tenemos picadillo de pescado. Pufff y ¿algo para los que no estamos a dieta?, es que es lo único que tenemos, ya sabes estamos en vigila… En ese momento me interrumpió un señor que había escuchado la conversación, debería haber un menú especial para los ateos ¿no cree ingeniero?, yo no soy ateo le dije, solo soy un mal católico que no le gusta el pescado.
Tome mi plato y me senté a comer mi aburrido plato lleno de sabor desagradable con la ilusión de en cuanto pueda me salgo de aquí y me voy a comer algo que tenga un poco de carne.
Esto es un poco de lo que se vive siempre en los comedores industriales, es difícil decir cuál ha sido el peor o el mejor comedor en el que he comido, en los que estoy ahorita la comida no es mala siempre y cuando no sea vigilia, pero es muy poco, ¿en verdad creen que con un plato con solo un trozo de carne es suficiente? Y eso que yo no hago el trabajo físico que realizan los obreros y aun así me quedo con hambre.
Cuando comencé a trabajar lo primero que me dijo mi jefa fue, llévate bien con todos, pero en especial con las chavas de comedor ya que si te quieren te tratan bien, si no ni comas de lo que te dan. Caerles bien fue fácil bastante fácil, tan fácil que no tengo idea de cómo es que llegue a caerles tan bien, una en particular me decía incluso “Bizcocho” me incomodaba bastante el apodo, pero me encantaban los beneficios, recibía doble o triple postre, podía servirme todo el refresco que quería y podía repetir guisado, incluso los días en los que llegaba a comer con los jefes se asombraban que tuviera esos privilegios en la cocina, ¿Cómo le hiciste?, no tengo la mínima idea dije mientras dejaba mi charola y me despedía de las señoras del comedor, “Gracias, hasta mañana” por supuesto mi amiga me contesto “Hasta mañana bizcocho”, las risas no se hicieron esperar, “Ya sabemos tu secreto”, “Nos vemos mañana Bizcocho” y muchas más frases en ese tono, francamente me incomodaba el apodo, pero no recuerdo una sola vez en la que me haya quedado con hambre en ese comedor, como incluso seguía estudiando, me daba mandarinas y refrescos para que me los llevara a la escuela, francamente estaba muy consentido. ¿En algún momento hice algo para merecerlo?, la verdad es que no, era bastante tímido en ese entonces, nunca le dije nada más que gracias o buenas tardes por supuesto nunca llegue con frases de galán a conseguir más comida, la verdad es que nunca supe que hice para caerle tan bien como para que me diera tanta comida, por supuesto nunca me opuse y más allá de oponerme, cada viernes extraño un poco los beneficios que tenía. Después de todo que importa qué te digan bizcocho y te hagan un par de bromas siempre y cuando tu plato sea el más lleno, el postre el más grande y tu refresco el primero en ser servido.
Además pal caso ya que, la vigilia ya casi acaba. Nos vemos el siguiente martes, saludos.

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