martes, 5 de abril de 2011

Pobre Isaías

¡Isaías!, baja a cubrir, ¡Isaías!, pasa por la derecha, ¡Isaías! Sigue corriendo, ¡Isaías! Cambio… todo el tiempo todo fue contra el pobre Isaías.
Hace un par de semanas tratando de acoplarme más a mi nueva ubicación de trabajo y sobre todo con mis nuevos compañeros se presentó una oportunidad que considere muy afortunada en su momento. Se jugaría un partido de fútbol previo al torneo que empezara en unas pocas semanas más, me apresure a conseguir equipo y así como llegue a los “Demonios Logísticos”, el nombre es simpático y el equipo interesante, entre los jugadores hay 6 chavos que son sordomudos, total si lo que quería era integrarme esa situación era aún mejor para mis propósitos.
El partido empezó con 5 chavos sordomudos, Angel, Luis, Josué, Daniel y Víctor, a parte el pobre Isaías y yo, la primera jugada marco la pauta de cómo sería el resto del partido. En la primera jugada de ellos baje a defender le quite el balón a un delantero me apoye con un medio y me eche a correr para quedar libre en la delantera. Y ahí estaba yo, sin marca alguna, en la posición perfecta para recibir el balón y empujarla, todo bien, pero salió un detalle que nunca pensé, ¿Cómo le pides el balón a alguien que no escucha?, sin pensarlo dos veces grite ¡Estoy solo!, pero como era obvio nadie volteo a verme, después de mi grito con esa sensación de haber hecho algo políticamente incorrecto me quede entre consternado por como pedirles el balón, y apenado por gritarles sabiendo que no me escucharían.
Por supuesto el balón nunca me llego, Víctor perdió el balón y nos metieron el primer gol, Isaías se acercó a mí y me dijo en tono un poco incluso de broma, No te preocupes a todos nos pasó.
El partido siguió, me fui acoplando un poco a sus modos, cuando estaba solo levantaba la mano, o movía los brazos, todo en silencio lo cual es extrañamente incómodo, llego el medio tiempo y salimos a ver qué haríamos en el segundo tiempo, Isaías por supuesto me sirvió de interprete, Dile a Víctor que suba y a Daniel que se quede de defensa., Isaías hacia los movimientos necesarios con el cuerpo para que entendieran el mensaje.
Un minuto antes de regresar a la cancha uno de los chavos comienza a decirme algo moviendo los brazos , parece que dijo muchas cosas que por supuesto no entendí ni una sola, pero cortésmente respondí a todo que sí. En camino a la cancha Isaías me pregunto si había entendido lo que me habían dicho. Por supuesto que no, conteste. Dice que su novia lo está viendo que si lo puedes ayudar a meter un gol. A claro, todo fuera como eso, digo vamos perdiendo 2-0 pero si se puede pues le damos el balón a él.
El segundo tiempo empezó del mismo modo que el primero, con la incomodidad de no poder hablar y como ya no estaba dispuesto a tolerar esa situación hice lo que cualquiera en mi posición hubiera hecho. ¡Isaías! Sube, ¡Isaías! Baja, ¡Isaías! Marca, ¡Isaías! Toca el balón, ¡Isaías! Muévete. Todo contra el pobre Isaías, ¿Era mal jugador?, no realmente, O solo le decía cosas a él porque era el mejor, tampoco. Simplemente Isaías era el único que me podía entender, pero todo el partido fue contra él. Pobre Isaías
Nos vemos el siguiente martes, saludos!

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