miércoles, 4 de mayo de 2011

El sindrome Venegas

En la empresa donde trabajaba haciendo galletas pasaban cosas muy curiosas, sin duda alguna una de las que mas trabajo me dio entender era la relación que tenia toda la planta con un personaje muy singular “Venegas”, él tendría en ese momento 40 y tantos años y parecía que a nadie le caía bien, todos argumentaban que por sus modos, o por su forma de ser, varios llegaron a decirme, “Si te vas a cuidar de alguien, que sea de él”.

Hasta el momento no tengo idea por que hablaban así del buen “Venegas”, bueno, si era bastante antipático con los demás pero a mi en lo personal me caía muy bien cuando coincidíamos en el turno nocturno nos íbamos Vengas, Nancy, Juanito y yo a tomar un café a esos de las 3 de la mañana o si la semana había sido muy pesada los viernes eran de hamburguesas.

En fin lo que quiero retratar es que fuera de nosotros, nadie parecía querer a Vengas, ni sus compañeros de trabajo, ni los obreros, mucho menos su jefe, es más parecía que ni su mujer lo quería por la forma en la que hablaban por teléfono, pasaron un par de meses, Nancy salio de la empresa, yo deje de rolar turnos y Venegas se veía cada vez mas triste con ahora su único amigo, Juanito.

El resto de la empresa seguía en lo que parecía una campaña contra Vengas, toda la culpa era de él, parecía ser el resumen de las juntas productivas y cierto día paso lo que ya era algo inevitable. Ese día era un viernes de la primera semana de Diciembre, cuando suelen hacer los despidos y uno por uno llamaban a las personas cuyo hilo de destino había sido cortado por una tijera displicente tras un escritorio muy bonito. Todos se tardaban de una a dos horas platicando con el director y con Recursos humanos, todos menos Vengas, quien espero pacientemente su turno, entro a las cinco y media y salio a las cinco cuarenta con una sonrisa que le había cambiado completamente el semblante.

Entre llantos él parecía ser la única persona contenta con tales movimientos, fue por la planta despidiéndose de los obreros y de sus muy pocos amigos, hasta que llego conmigo “Carlitos yo me voy de aquí” me dijo, ¿Y por que tan contento? Pregunte, llevo dos años esperando a que me despidan y por fin puedo mandarlos a todos a su casa, aunque el que se vaya sea yo.

Al Lunes siguiente junta a las 7:00 am, para decirnos que nos calmáramos y que ya no habría mas movimientos, que los que salieron, salieron y los que no tendríamos que sacar el barco adelante. Por supuesto todos lamentaban la perdida de alguien menos de Vengas ya que la expresión popular era “Que bueno que se fue”, “Ya era hora”,”El solo venia a hacer antigüedad” y muchos comentarios más.

Lo interesante al menos para mi fue ver a partir de entonces, que en las juntas ya no era culpa de Venegas era de los otros de calidad, y que a la hora de repartir culpas tendrían que encontrar a un nuevo Venegas para echarle la culpa, y nadie estaría dispuesto a ocupar ese lugar, entonces comenzaron las peleas en el departamento y las envidias. Aquellos que clamaban un odio público a Venegas comenzaban a extrañarlo y así quien parecía ser el enemigo público numero uno, se convirtió en el enemigo en común extrañado, quiero decir, todos estaban contra Venegas y eso los hacía mantenerse unidos, no había que discutir nada, los aciertos eran de todos y los errores eran de Venegas. Pero de repente ya no había tal. Los obreros comenzaban a meterle el pie a los demás supervisores, total ya no estaba Venegas, había que agarrarla contra alguien más.

Todo se vino abajo con la salida de quien ahora comparo con una esponja, ya que absorbía, absorbía hasta que alguien atrás de un lindo escritorio decidió que era momento de cambiar la esponja.

Si bien todo lo anterior es completamente cierto, es solo una extensa introducción para una pregunta que tengo en este momento… Murió Bin Laden, OK… ¿y ahora?, quien va a ser el nuevo enemigo en común para USA, ¿Sufrirán el síndrome Venegas?

Gracias y saludos.

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