martes, 11 de octubre de 2011

Seguriman

¡Ahorita regreso Má! Voy al parque..., este era el grito de casi todos los días de mi niñez no importaba en que época del año estábamos justo acabando la tarea, o cuando eran vacaciones, en verdad eran jornadas maratónicas que pasaba en el parque con mis amigos de la calle, tristemente he perdido algunos nombres, pero los que recuerdo son Rafael, Chuchin, Erick, Jesus, Edder y Luis.

Eran tiempos bastante curiosos, empezando por el hecho de que !Los había conocido en la calle, ¡creo que en toda mi vida de adulto en México no he podido hacer amigos en la calle tan fácil como en esas ocasiones, era bastante divertido, nos íbamos al parque horas, cuando eran vacaciones, desde que despertaba hasta las seis tal vez siete de la noche me iba con un balón, a veces una bicicleta o hasta la patineta llegue a llevar.

En ocasiones me iba trepaba un árbol o dos jugaba fútbol regresaba a comer porque ya tenía hambre y en la tardecita volvíamos a salir, no llevaba celular, no había forma de comunicarse conmigo y sin embargo no había necesidad. Alguna vez regrese del parque y mis papás se habían ido por un helado a la michoacana cerca, hoy es inconcebible pensar en eso, yo sin llaves, sin dinero, sin celular en la calle mientras mis papas estaban comiendo un helado.

Todo esto lo recordé cuando estaba escuchando en un programa de radio los nuevos consejos que le dan los padres a los hijos, Llévate el celular, llévate 200$ por si te asaltan, llévate la ropa fea, no lleves cartera, pon 7 pesos en el zapato para el camión y en casos más extremos, prende el GPS o cosas de ese estilo.

En mi niñez, me enseñaron a cruzar la calle y no hablar con extraños era quizá el consejo mas complicado que había y a pesar de que no lo cumplieras nunca hubo consecuencia que lamentar, te preocupabas por el roba chicos y no por el ladrón, ubicabas al mariguano que rondaba por la calle y evitándolo era suficiente, no tenías que esconderte de todos los carros ni dudar de todo el mundo.

Me entristece ver como en poco más de 15 años, pasamos de vivir en un México donde decíamos “Por lo menos no nos roban” a un México donde ya no tenemos ni eso… no creo que sea una persona de edad considerable, pero si yo soy capaz de recordar las dos fases de México es increíble la velocidad de putrefacción de la ciudad.
No sé si me falte mucho o poco para ser padre, pero siempre pensé en dar los mismos consejos que yo recibí cuando los necesite, ¿Dónde llevare a mi hijo a jugar?, ¿Cómo aprenderá a ser libre?, son preguntas que no se responder, que bueno que aún no tengo que hacerlo.

En fin mientras tanto, el día ha terminado y me voy a casa, guardare mi celular en la mochila y sacare el feo por si me asaltan, deje las tarjetas de crédito en la casa, tengo que avisarle a medio mundo cuando llegue a la casa y por supuesto ¿salir por la noche?, pues solo a una plaza… con esta inseguridad, ¿Dónde más?
Nos vemos le siguientes martes, SALUDOS!

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