sábado, 29 de octubre de 2011

Carguele...

¡A ver Carlos!, esto va a estar un complicado vamos a tener que cargar la lavadora por las escaleras, después vamos a tener que meterla por la ventana y finalmente cargarla por esas otras escaleras para después acomodarla en su lugar, vamos a necesitar que nos ayudes…

Toda esta planificación la hicimos hace unos cuantos meses en la casa de una señora cuando le entregamos su lavadora, ella por supuesto escucho todo nuestro plan y vio mi cara de “Pues ya que…” cuando me dijeron que tendría que cargar la lavadora.
La señora soltó una pequeña risa y se alejó para que pudiéramos comenzar con la maniobra, en fin me puse mis guantes y mi faja para cargar, y comenzamos la operación, en la primera curva angosta justo donde todo era más complicado la señora se acerca a mí, ve mi cara de sufrimiento y me dice “Aay mijo ves por qué es importante estudiar” Lo único que pude hacer fue sonreír y decirle “Si señora tiene razón”, eso no le fue suficiente iba tras de mi dándome consejos de vida “Pero mijo tu estas joven todavía podrías meterte a estudiar en las noches y así ya no tendrías que cargar” con frases de ese estilo y otras un poco más divertidas como “Yo por eso le digo a mi hijo que se ponga a estudiar para que no acabe cargando cajas”, lo único que podría contestar era un tímido “Si señora tiene razón, póngalos a estudiar”

Mis compañeros comenzaron a notar que la actitud de la señora ya me estaba molestando un poco pero tampoco podían decir nada así que simplemente seguimos haciendo nuestro trabajo, una vez instalada la lavadora me acerque a la sala de la televisión donde se encontraba la señora para que me firmara por la entrega y en eso veo a su hijo, un vago de veinte años en calzones a las diez de la mañana jugando videojuegos cabello largo contestándole de manera muy grosera a su mamá.
No pude evitarlo y de verdad lo intente pero no lo logre, cuando escuche el modo en que le hablaba a su mamá no pude evitar voltear a verlo barrerlo de arriba abajo hacer una cara no diría de asco pero si como de desaprobación, voltee con la señora sonreí y espere a que terminara de firmar los documentos, la señora había notado mi expresión y un afán ya más de molestar que de dar consejos me volvió a decir “Pero en serio, te hubieras puesto a estudiar y ahorita no estarías cargando cajas” tome los documentos y la propina le di las gracias y empecé a guardar mis cosas, uno de mis compañero desde la puerta con la consciente intención de apoyarme me dijo “Oiga Inge ya vámonos, ya están todos en el camión jefe” La señora no dijo nada, y yo no dije por supuesto pero su cara de sorpresa fue muy grata.

En fin, yo ya no estoy cargando lavadoras, me imagino que ella sigue hablando con ese hijo…

¡Nos vemos el siguiente martes! Saludos!

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